No. 5
Aprender japonés no es para cualquiera. En otra ocasión hablé de las diferencias entre el español y el inglés, pero explicar cómo funciona el japonés a un hispano es un trabajo difícil. El inglés se parece en lo simple que es descomponer sus oraciones, pero no hay puente que nos una con esta lengua; su lógica es opuesta a la nuestra, es un código en distinto sistema1. Escuchar a un japonés hablar es entrar en un vórtice de las mismas silabas repetidas y alienarse con su implementación de palabras extranjeras. Es un desastre... O eso creí hasta que empecé a estudiar kanji.
En realidad, el japonés es un idioma diseñado para ser leído. Sólo tienes que entender lo conceptual que puede ser. Cada kanji representa algo, tan simple como «tierra»(土) o «niño»(子), o más complejo combinándolos2. También varían en su pronunciación dependiendo de cómo los juntes, siendo lo único constante los caracteres que no robaron a China. Lo que quiero decir es que es más interesante ver cómo conjugan y combinan para formar palabras. Suenan igual, pero no por eso significan lo mismo.
Nisio Isin es quizás el escritor contemporáneo más reconocido de Japón, y su éxito nació con su serie Monogatari de novelas ligeras, famosas por su adaptación anime y por la gente que siempre pregunta por dónde empezarlas3.
Lo que hace especial a esta serie es cómo juegan con el japonés. Cada novela tiene por título una palabra que no existe, poniendo de sufijo «historia» a otra palabra que defina la novela. Este es el juego de palabras del que más personas están conscientes, pero absolutamente todo en esta serie es así. Los personajes tienen largas conversaciones y monólogos reflexionando, haciendo juegos de palabras, rimas, uso de homófonos y chistes donde confunden palabras. Me fascina en especial cómo los personajes se van por las ramas, para que luego todo lo que dijeron resulte importante para la historia; adoro ese tipo de narración holística, es algo que yo intento hacer también.
Yo personalmente puedo decir poco—solamente lo que diría quien ha visto el anime, pues ahí me he quedado. Y la pregunta eterna ha sido siempre de si sería posible adaptar esta historia sin perder algo en el proceso siquiera. No sé, pero sí es intraducible.
Quiero hablar de un ejemplo en Kizumonogatari (La historia herida). Uno de los personajes es una vampiresa a la que llaman Shinobu(忍), y aquí vemos cómo conoció en el pasado a Araragi, el protagonista, cuando ella se veía distinta a como lo hace en las otras novelas. En este tiempo era más poderosa y se apedillaba Heart-Under-Blade (Corazón-bajo-cuchilla), además era buscada por cazadores de vampiros, y Araragi la salva, sólo para descubrir que ella desde el inicio planeaba suicidarse. Araragi logra impedirlo sellando su poder, y desde entonces le llaman Shinobu (忍ぶ), que significa «aguantar» o «esconder», sabiendo que ambos lamen figurativamente sus heridas para seguir viviendo. Igualmente, escribes Shinobu(忍) con «corazón»(心) debajo de «espada»(刃). Me estalló la cabeza cuando lo descubrí recién.
Siguiendo mi patrón, espero leerla algún día. De Nisio vienen muchas otras cosas que amo, y me guardo pasar de nuevo por ellas cuando sea fluido en este idioma maldito que para esto se inventó. A algunos les parecerá de mal gusto, pero a mí me gusta. Sólo tienes que perdonar que le paguen regalías por cada libro que Nabokov nunca escribió y los que sí también. Simplemente se dio cuenta por qué «gusto» (好き) se escribe así y dijo—Si es cierto.
(1.) En el español, el sujeto realiza un verbo, mientras que en el japonés, este es solo una circunstancia que le particulariza. Los verbos no son un medio, sino el fin donde todo el entorno recae. No existen plural y singular ni tiempo futuro, como si fuera idioma de generalidades. (2.) «Barato»安 pone «mujer»女 debajo de «techo». Las implicaciones de esto aún no las sé. (3.) Por el capítulo 1, tonto.