Diario Personal

Por alguien que sigue rezando.

Donde los narcisismos y escapismos cobran sentido en una narrativa, catarsis desenfrenada y repentina que justifique el apego necio a ideales propios.

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A Mochi

I

¿Y ahora qué si no estoy entero?
Si perdido estás y sobró daño
Luego de tanto sabiéndote huraño,
Se supone que eras mi compañero.

¿Y ahora qué si cuando llegue febrero
No te apareces más este año?
No podrían continuar más mi engaño
Y la paciencia con que desespero.

No te faltaba un castigo severo;
Un niño no recibe tal regaño
Por asustarse y esconderse en potrero,

Pero busqué en terreno aledaño
Y silencio guardó tu paradero.
No te pude encontrar, lo siento. Te extraño.

II

Ojalá supieras, todos te esperan.
Voy a la sala y quiero ver tus ojos,
Tus patitas, tus bostezos flojos,
Esos maullidos que por comida ruegan.

Hoy lamento que es mi culpa si hambreas.
Te asomas en sombras si apago
Las luces de casa y quedo aislado.
El vidrio del auto perdió tus huellas.

¿Qué estarás haciendo este momento?
Si tengo que olvidarte por fuerza
Y asumir que estás perfecto

Para que no me rasgue
Y ya no sangre mi corazón
Todas las lágrimas que te di

Por no poder nada más.
Hubiera querido una despedida,
Al menos eso siquiera.

Sólo me viste y desde entonces no estás
Aunque entregue todo y más hubiera dado.
No hay paz que me espere;

Y si la hay, que corra tras de ti
Porque ya no siento que eres mío.

10/01/2024

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