Porque ser idiota no tiene remedios
Lástima—es el sabor más agrio del humano;
gravemente, de error previamente meditado,
e infernal si no había sido intencionado.
Quisiera me den muerte, me lo tengo ganado.
O si a la suerte le pareciera suficiente
dejarme parado sin nadie más presente
que ese dolor a no tenerte ya en mis manos,
tal pena superaría al peor castigado.
Te perdí, lloré, y maldije todo en vano.
Lo lamento, Dios, este ha sido mi pecado.
03/05/2025