A un árbol, a un perro
Son muchos a quien vence la historia
De quien se tarda poco en rendir.
Frágil compañero, pudo erguir
Su cuerpo sólo hasta mi memoria.
Del sol que le ve y con cual reposa
Nos cubrió hasta la última vez,
Pero desnudaba en su enrevez
Con la ida de una tarde hermosa.
Cienpiés con millar de alas al viento,
Ya no necesitas fingir volar,
Ni aunque te entierres debajo del suelo.
Verte paciente, aún con lamento,
En el patio me sentó a pensar
En tierra extendiéndose al cielo.
29/05/2024