Donde los narcisismos y escapismos cobran sentido en una narrativa, catarsis desenfrenada y repentina que justifique el apego necio a ideales propios.
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Canta, oh musa, de aquel joven sin nombre,
cuyos números llevan a un mundo de bestias y exhibición.
Su corazón, sin embargo, al ver el final de Naruto se enterneció,
e hizo un doujin de NaruHina. Qué va, ¿Por qué no hacer dos?
Ese día, Nagatoro... el vanilla... triunfó el amor.
10/04/2025
